agencia de viajes • イ1569-45 Kiamichō, Masuda, Shimane 699-3764, Japón
La enorme estatua sentada en el Gran Salón del Buda, con una altura de unos 15 metros, impresiona con su rostro sereno y su postura robusta. Al ponerte frente a la estatua, parece como si estuvieras entablando un diálogo con ella. La cara de la estatua cambia con las luces y sombras, creando un atractivo que te hará querer visitar una y otra vez.
El recinto del templo Todaiji está salpicado de bellos jardines. En la época de verdor, todo está envuelto en un verde suave, en verano, el verdor de los árboles se intensifica. En otoño, todo se tiñe en colores llameantes, y en invierno, muestra una pose fría y elegante. Los cambios estacionales en los jardines te brindarán una emoción fresca en cada visita.
Al pasear por el amplio recinto, es posible encontrarse con los ciervos. Verlos comer despreocupadamente te llenará de una sensación de paz cada vez que pases cerca de ellos. El recinto, rodeado de un paisaje tranquilo y suave, junto con la imponente presencia de los edificios, te hará olvidarte del bullicio de la ciudad.
Alrededor del templo Todaiji, hay restaurantes de cocina vegetariana que se dice que surgieron de las comidas de los monjes ascetas. Los platos suaves y amables hechos de frijoles y vegetales serán amables tanto para el cuerpo como para el alma, perfectos para el almuerzo o la hora del té. Además, las filas de personas buscando las galletas de arroz para ciervos te harán sentir la experiencia especial de visitar este lugar.
El templo Todaiji tiene el atractivo de cambiar de aspecto en cada estación, siempre ofreciendo nuevos descubrimientos en cada visita. En años de revelación, se envuelve en una atmósfera especial y te mostrará un rostro diferente al habitual. ¿Por qué no experimentar la armonía entre la historia y la naturaleza en Nara?
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