lugar de culto • 1-chōme-1-53 Mishimamiyagawa, Shikokuchuo, Ehime 799-0404, Japón
El Santuario Mishima, ubicado en el centro de Shikokuchuo, Ehime, es un santuario repleto de historia. Fundado en el año 720, durante más de 1300 años ha sido el centro de la fe de las personas de la región. Aunque se encuentra en una zona urbana, el santuario está rodeado de exuberante vegetación, impregnado de tranquilidad y majestuosidad.
En la entrada sur se levanta majestuosamente la puerta Zuishin, designada como patrimonio cultural tangible del municipio. Su aspecto tradicional impresiona a los visitantes. En el recinto hay varios edificios, incluido el salón principal, que transmiten el peso de la historia. Destacan especialmente las detalladas esculturas en varios lugares.
El Santuario Mishima consagra a muchos dioses, incluyendo a Ōyamatsumi no Kami. Es interesante que, aunque Ōyamatsumi no Kami es el "dios de la montaña", también tiene un aspecto como "dios del mar". Además, hay 16 santuarios secundarios en el recinto, cada uno con sus propias bendiciones.
El Santuario Mishima es una entidad importante que da origen al nombre del lugar. Se dice que en el inicio del periodo Nara, un clan local invitó a los dioses desde Ōmishima, lo que llevó a que la zona se llamara "Mishima".
El recinto está lleno de árboles que muestran diferentes expresiones cada temporada. Las flores de cerezo en primavera y las hojas de otoño son especialmente impresionantes. Los cantos de las aves también se escuchan, creando un espacio de curación que aleja el bullicio urbano.
Accesible caminando unos 15 minutos desde la estación Iyo-Mishima de JR, o unos 2 minutos desde la parada de autobús Setouchi Bus (puerto de Mishima y Otabisho). Si llegas en coche, hay espacio para 4 coches a lo largo de la carretera nacional al norte. Sin embargo, la carretera al lado de la puerta principal es estrecha y de un solo sentido, así que ten cuidado.
El Santuario Mishima es un lugar donde puedes sentir en la piel la historia y la cultura de Shikokuchuo. Durante el tranquilo flujo del tiempo, ¿por qué no calmar el espíritu y reflexionar sobre la historia local?