Cuando entras en la tienda, podrás ver los dorayakis meticulosamente colocados en bolsas de papel hechas a mano. La calidez del toque artesanal se transmite desde estas bolsas, lo que te llena de expectativas antes de probarlos.
La masa tiene una textura crujiente por fuera y esponjosa por dentro. Pero lo más sorprendente es la generosa cantidad de ingredientes. Cada bocado de crema o anko rebosa felicidad.
Además de los clásicos rellenos de crema y anko, también hay productos únicos como el dorayaki de compota de manzana y el glaseado. La diversidad de sabores permite disfrutar de una variedad interminable.
Como también se pueden degustar recién horneados en la tienda, podrás disfrutar de los dorayakis calientes y esponjosos. Seguramente disfrutarás de un tiempo de lujo y relajación.
La única desventaja es que no hay estacionamiento. Sin embargo, para disfrutar de lo preciado que son los dorayakis grandes, seguramente no te preocupará estacionarte en la calle. Te invito a que te embriagues con el atractivo de los dorayakis grandes de Ichigoichie.
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