La posada Jūrokuya se encuentra en el corazón de Nikko. Este alojamiento tradicional se caracteriza por su apacible entorno, que conserva vívidamente los paisajes rurales de Japón.
El edificio de madera maciza conserva la atmósfera de antaño, pero gracias a la impecable limpieza, se respira un ambiente acogedor. Sentarse en el amplio jardín, bajo el techo de paja, es como detener el tiempo. El murmullo tranquilo del río Ōtani nos permite sentir la calma del fluir del tiempo.
El negocio de la posada lo lleva una pareja mayor. Reciben a cada visitante con amabilidad, brindando una cálida bienvenida como si fueran parte de la familia. Nos envuelve un ambiente hogareño, como si hubiéramos venido a alojarnos en casa de unos parientes.
El verdadero encanto de la posada radica en la cocina casera hecha por la pareja. El sabor abundante de platos elaborados con ingredientes frescos de la zona es irresistible. Los animados momentos alrededor de la mesa nos brindan la auténtica experiencia de la apacible vida rural de Japón.
Alejándonos del bullicio de la vida moderna, ¿por qué no experimentar lo auténtico de Japón en esta posada oculta de Nikko, donde el tiempo fluye lentamente? Sin duda, es un momento para liberarse del ajetreo de la ciudad y sanar el corazón.
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