atracción turística • Kawamatanishi Kamibun, Kamiyama, Myozai District, Tokushima 771-3422, Japón
El gran ginkgo de Kuromatsu se encuentra en Kamiyama, una región montañosa de Tokushima. Este majestuoso y deslumbrante árbol brilla dorado en otoño, encantando a quienes lo visitan. El paisaje, como si una lluvia dorada descendiera del cielo para extenderse sobre la tierra, es verdaderamente misterioso.
Situado en el recinto del santuario Kuromatsu Hachiman, este gran ginkgo ha sido querido por los lugareños durante mucho tiempo. Con centenares de años de existencia, este árbol majestuoso está rodeado de muchas leyendas. Su presencia representa la hermosa armonía creada por la historia y la naturaleza.
Con nuevo verdor en primavera, densa vegetación en verano y tonos dorados en otoño, el ginkgo ofrece diferentes aspectos en cada estación. La estación de hojas coloridas en otoño es particularmente impresionante, alcanzando su máximo esplendor desde finales de noviembre hasta principios de diciembre. Las hojas doradas danzando al viento parecen ser una obra de arte natural.
Después del atardecer, se lleva a cabo una iluminación fantástica, ofreciendo un encanto diferente al del día. Las hojas doradas emergiendo en la oscuridad parecen una escena de ensueño. Sin embargo, recuerde llevar una linterna ya que el área se vuelve oscura.
Ubicado a aproximadamente una hora en coche de la ciudad de Tokushima, es difícil llegar utilizando transporte público debido a su ubicación en la montaña, por lo que se recomienda visitar en coche. Las carreteras son estrechas, por lo tanto, conduzca con cuidado. Además, hay pocos restaurantes y servicios en los alrededores, por lo que es bueno prepararse con anticipación.
El gran ginkgo de Kuromatsu es uno de los lugares ocultos más preciados de Tokushima. Su belleza abrumadora quedará profundamente grabada en el corazón de los visitantes. Este lugar, donde se puede sentir la belleza natural y el peso de la historia, ofrece una experiencia como una escena de película. El momento en que te enfrentas al ginkgo dorado en el tranquilo santuario de montaña es realmente un recuerdo especial.