Esta posada, con su tranquila presencia junto al mar, es encantadora. No puedes dejar de disfrutar de los manjares estacionales del mar, cocinados con métodos tradicionales. Los mariscos frescos servidos en un barco son hermosos de contemplar y no puedes dejar de saborear los manjares. La comida de temporada incluye una variedad de platos que te harán chuparte los dedos.
Las aguas termales que alivian el cansancio diario te permiten sumergirte lentamente en un baño familiar privado. El manantial con aroma a cloro calienta el cuerpo desde adentro y te permite disfrutar de un momento de relajación. Desde el baño al aire libre, puedes disfrutar de vistas al mar y sumergirte en un ambiente de apertura.
Las habitaciones no son muy grandes, pero están envueltas en un ambiente acogedor. Aunque el baño y el lavabo son compartidos, rara vez hay tiempo de espera debido al pequeño número de huéspedes. En la sala de estar puedes relajarte contemplando la colección de cerámica antigua.
La apariencia que muestra la edad de la casa evoca recuerdos nostálgicos del hogar. El sonido suave de las olas del mar y los árboles meciéndose con la brisa marina. Cuando te quedas en esta posada, te envuelve un ambiente detenido, que te hace olvidar el bullicio de la ciudad.
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