El templo Shōinji, que se encuentra tranquilamente en la ciudad de Numazu, en la prefectura de Shizuoka. Este templo es conocido como un lugar relacionado con el famoso maestro del período Edo, Hakuin Ekaku, y recibe en silencio a aquellos que buscan un lugar para calmar su mente, alejados del bullicio.
El templo Shōinji tiene una larga historia como templo de la escuela Rinzai. Cabe destacar su profunda relación con el maestro Hakuin Ekaku, considerado uno en 500 años. Nacido y formado en este lugar, Hakuin más tarde tuvo una gran influencia en el Zen japonés.
Como dice la expresión, "En Suruga hay dos cosas que son excesivas, el Monte Fuji y Hakuin de Hara", la influencia de Hakuin en esta región es comparable a la del Monte Fuji.
El encanto del templo Shōinji reside en su atmósfera simple y serena. No se ha convertido en un destino turístico y su aspecto modesto permite a los visitantes sentir la esencia de un templo Zen.
En el recinto se encuentra el sepulcro del maestro Hakuin, proporcionando una valiosa oportunidad para entrar en contacto con las enseñanzas del Zen. También se dice que había un pino famoso por la "Leyenda del Mortero", del cual ahora se conserva en otro lugar.
Alrededor del templo florecen flores de temporada, destacando especialmente los cerezos en primavera y los arces en otoño. Además, desde el camino de acceso se puede ver el Monte Fuji, una vista impresionante que seguramente cautivará tu corazón.
Se puede llegar caminando unos 15 minutos desde la estación Hara de la línea JR Tokaido. Al pasear por el área también podrás disfrutar de calles tranquilas y templos históricos dispersos.
El templo Shōinji no es un destino turístico llamativo. Sin embargo, su serenidad y el peso de su historia resuenan profundamente en el corazón de los visitantes. Es un tesoro para aquellos que desean entrar en contacto con las enseñanzas de Hakuin y sentir la espiritualidad japonesa.
Antes de que se convierta en un destino turístico, el templo Shōinji en su aspecto modesto te ofrece un lugar para encontrar la paz interior y enfrentarte a ti mismo. ¿Por qué no visitarlo?