La cascada Hannya escondida en lo más profundo de la montaña Nikko se asemeja a un santuario donde residen los dioses. El brillo del río claro que cae verticalmente desde las rocas cubiertas de musgo es una escena sagrada que parece detener el tiempo. El sonido de las salpicaduras de agua que se escucha en el silencio te invita a otro mundo.
Mientras desciendes por la colina Iroha, se extiende un panorama de paisajes espectaculares desde la ventana del automóvil. Entre las empinadas montañas rocosas, parece como si se hubiera extendido una alfombra roja. Embriagándote con esta magnífica obra de arte de la naturaleza, cada momento se grabará en tu memoria eterna.
Si te paras en la tranquila cascada Hannya, un escondido lugar de paisaje espectacular, serás envuelto por un profundo silencio. El sonido del fluir a lo largo de las rocas resuena como una nana de la deidad guardiana de este lugar. Entregándote al carácter divino de la naturaleza, es posible que encuentres una revelación que solo se puede obtener aquí.
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