Un café de campo ubicado en un paisaje rural. Su estructura de madera y un pequeño jardín traen consigo sentimientos de nostalgia y tranquilidad. Al estar ubicado en un callejón, también podrás disfrutar de la emoción de descubrirlo.
Los platos de almuerzo que se sirven en la barra son caseros y cambian semanalmente. La sencillez y atención en la preparación de pollo, verduras, ensaladas, y más, son encantadores. Los pasteles de flan tienen fama de ser deliciosos, ideales como postre después de la comida.
El interior reformado de una casa antigua está rodeado de muebles y artículos retro, creando un mundo envolvente. Podrás disfrutar de un momento elegante fluyendo al ritmo relajado del tiempo. También se ofrece asientos en la terraza para que puedas disfrutar de un momento de felicidad mientras contemplas el jardín.
Además de la comida casera, también se elogia el atento servicio del personal. La comida recién preparada con ingredientes frescos y la hospitalidad radiante hacen que los clientes habituales no paren de regresar.