Una pequeña isla remota situada en el extremo de la península de Chita. Desde la posada antigua junto a la orilla, se siente una tranquilidad como si el tiempo se hubiera detenido. La isla misma se percibe como parte de la posada, y puedes sumergirte en una atmósfera discreta.
Los platos elaborados con mariscos frescos recién sacados del mar frente a ti son deliciosos. Desde ingredientes frescos de temporada con aromas de sabores tradicionales hasta numerosos platos de cocina local que son amados por la gente local, seguramente disfrutarás mucho. La pasión y el esmero del cocinero dan vida a un sabor único.
Las aguas termales extraídas del mar frente a ti contienen una cantidad adecuada de sal. Mientras te sumerges en el baño que huele a brisa marina y te relaja hasta el fondo del cuerpo, y contemplas el vasto océano a través de la ventana, seguramente tendrás una experiencia extraordinaria que hará que pierdas la noción del tiempo.
Todos los empleados de la posada son nativos de la isla. El cálido y amigable carácter de ellos es también encantador, lo que es una parte única de esta posada. Escuchar historias sobre la historia y la cultura de la isla, así como la vida cotidiana sencilla, puede ofrecerte una mayor comprensión del ambiente de la isla.
Desde la posada, se puede disfrutar de un gran panorama del mar y el cielo. Puedes disfrutar de la tranquila puesta de sol sobre el mar y, por la noche, de un cielo estrellado centelleante. Sin duda, te sentirás reconfortado por la respiración de la naturaleza que no se encuentra en la ciudad.