El Templo Meisho es conocido como un lugar asociado con el poeta haiku Matsuo Basho, una figura prominente del período Edo. En los terrenos del templo se encuentra el 'Kasadzuka', donde se dice que Basho erigió un monumento con un haiku, y frente al portón hay un monumento con otro haiku de Basho grabado en él. Al pasear por el recinto, uno se siente envuelto por el encanto del antiguo jardín, lo que permite purificar el alma.
El Templo Meisho fue una vez consumido por un gran incendio, pero ahora ha recuperado su belleza. En un rincón de los terrenos, se puede disfrutar del hermoso paisaje en cada estación, con las flores blancas del ciruelo compitiendo con las hojas de arce rojo. El cedro del Himalaya situado en el centro del recinto también ha sido designado como un árbol protegido por la ciudad.
En este lugar, también se erige un monumento al discípulo de Basho, Riyu Kawa no, que dice: 'Un mendigo hablando y acostándose en una noche nevada', lo que permite recordar la apariencia de los discípulos que estudiaron con Basho. Sería bueno pasear por el tranquilo recinto y reflexionar sobre las obras de los antiguos poetas haiku.
El Templo Meisho es un lugar recomendado tanto para aquellos que aman los haikus como para aquellos interesados en la cultura japonesa. ¿Por qué no pasar un rato relajado en un recinto que fusiona la historia y la belleza natural?
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