La casa de Imai Kazurin, ubicada en un barrio residencial de Okaya, invita a los visitantes a otro mundo. Un gran árbol de 300 años teje su copa para crear un misterioso túnel verde. El suelo está decorado con hojas caídas, envuelto en un silencio donde solo se escucha la respiración de los árboles.
En este bosque de arces, hay aproximadamente 500 arces grandes designados como monumentos naturales de Nagano. Estos arces de más de 300 años son el resultado del trabajo continuo de la familia Imai. En otoño, las brillantes hojas de arce atraen y fascinan a la gente, contando la larga relación entre las personas y los arces.
Al caminar por el bosque, se encuentran diversas atracciones. Antes de entrar al sendero, se encuentra un majestuoso gran árbol de arce. Mientras caminas, podrás contemplar su imponente forma, reminiscente de un bosque primitivo. Disfruta de la impresionante vista verde bañada por la suave luz a través de las hojas.
Al detenerte, quizás escuches el canto de los pajarillos. Este lugar es un espacio de sanación que brinda calma y tranquilidad a los visitantes, alejándolos de la vida cotidiana ocupada. ¿Por qué no visitar la casa de Imai Kazurin y disfrutar de un momento de paz?
La casa de Imai Kazurin en Okaya es un tesoro natural que ha sido amado por la gente a lo largo de 300 años. Este impresionante escenario verde, cuidadosamente protegido y transmitido a través de generaciones, es realmente un orgullo para los ciudadanos de Okaya. Este lugar especial te permite sentir el peso del tiempo y las actividades humanas, rodeado por el aliento de los árboles.