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Caminando por el paseo que rodea el lago, de repente aparece una formación de rocas y árboles gigantes. Este es el gran árbol Kurobe. El imponente tronco que abraza la enorme roca y las raíces que se extienden por el suelo son una impresionante vista que detiene a cualquiera. La presencia del árbol es mucho más imponente que la de un estudiante de primaria, y seguramente todos se detendrán para admirarlo.
El gran árbol Kurobe es un ciprés gigante con una antigüedad de más de 500 años. Después de tantos años, su figura fusionada con la naturaleza está rebosante de vitalidad. Al caminar entre las hojas, se puede disfrutar de un aire fresco y energizante, acompañado de un aroma delicioso que emana del gran árbol.
Además del gran árbol Kurobe, hay árboles con formas únicas dispersos alrededor de la orilla del lago. Al observar la belleza de la forma de los árboles, quizás se encuentre el aliento de la naturaleza que normalmente no se percibe. Si visita Nikkō, le recomendamos dar un paseo por el sendero junto al lago y embriagarse con el encanto del bosque.
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