Las Cataratas de Kegon son cariñosamente llamadas "tsumikko", debido a que las hermosas cascadas de hilo blanco caen en forma de pilares. Rodeado por un bosque verde, pasear mientras se baña en las salpicaduras de agua limpia el alma. Pararse en el remolino de las cataratas produce una armonía celestial entre la luz que entra a través de los árboles y las salpicaduras de agua.
Cerca del mirador de las cataratas, hay un pequeño restaurante llamado Tsumikko. Aquí se pueden disfrutar sabores locales como brochetas de pescado de río, sukiyaki, y churros de Nikko. El pescado roca a la parrilla es delicioso, y hay quienes dicen que una vez que lo prueban, ya no pueden conformarse con otros lugares. Si te calientas con un sukiyaki caliente, es altamente recomendable como acompañamiento para pasear por las cataratas.
Las Cataratas de Kegon se encuentran en un paisaje pintado por un bosque verde y un arroyo claro, es verdaderamente el templo de la naturaleza en sí mismo. Ha fascinado a las personas desde tiempos inmemoriales, y todavía irradia la misma majestuosidad. Si visitas este lugar, seguramente podrás sumergirte en un mundo de meditación alejado de la vida cotidiana.
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