En una esquina tranquila de un vecindario residencial en Okayama, se encuentra un pequeño museo de arte. La discreta apariencia del museo puede pasar desapercibida, pero “Hori Saki Art” encierra un encanto que cautiva a los amantes del arte.
Al ingresar al museo, lo primero que llama la atención son los gatos que deambulan libremente por el interior. Parecen guardianes de las obras de arte, creando una escena armoniosa con las obras. La experiencia de empaparse del mundo de las obras de arte mientras el corazón se llena de la presencia reconfortante de los gatos es el distintivo encanto de este museo de arte.
Los cuadros colgados en las paredes y las esculturas dispuestas en el suelo son creaciones únicas impregnadas con la pasión del artista. Desde pinturas abstractas y pop hasta paisajes realistas, se exhiben diversas obras. Cuanto más se contempla, más se percibe el sentimiento que el pintor intentó plasmar.
La tarifa de entrada es asequible y no se requiere reserva previa. Puedes disfrutar de un tiempo relajado a tu gusto. Con su tranquila y apacible atmósfera, este museo ofrece un tiempo de conexión con el arte que cala hondo en el corazón.
También tienes la opción de adquirir las obras que te hayan cautivado antes de irte. ¿Por qué no visitar este museo de arte local y sumergirte en el refinado mundo del arte por un rato? Estoy segura de que te brindará una experiencia memorable.