El valle de Otome en Kashimo, ciudad de Nakatsugawa, prefectura de Gifu, es un verdadero tesoro para los amantes de la naturaleza. Las aguas cristalinas, que brillan como esmeraldas, fascinan a sus visitantes. Los ríos que fluyen a través del valle ofrecen una belleza pintoresca y una serenidad que calma el alma.
Las cascadas ubicadas en la mitad del valle son uno de los puntos destacados de esta región. La visión del agua cayendo con fuerza refleja la poderosa fuerza de la naturaleza. En particular, las cascadas de Fūfu (Marital Falls), que caen juntas como si estuvieran abrazándose, dejan una impresión duradera en los visitantes.
El valle de Otome es también un lugar atractivo para los amantes del trekking. Sin embargo, algunas rutas pueden estar cerradas debido a las condiciones climáticas recientes, por lo que es importante verificar con anticipación. Los senderos, que comienzan en caminos bien cuidados y gradualmente se convierten en terrenos rocosos y montañosos, ofrecen un desafío adecuado para aquellos que buscan una aventura.
Desde la cima del monte Kohide, un destino popular para el trekking, se puede disfrutar de una vista impresionante del monte Ontake en un día claro. La sensación de logro al llegar a la cima y la vista panorámica se consideran recompensas especiales para aquellos que se esfuerzan en la subida.
Otra de las atracciones del valle de Otome son los cambios en la naturaleza a lo largo del año. Durante la primavera, se puede disfrutar de paisajes llenos de vida, mientras que en el otoño, la vista de los árboles cambiando de color es espectacular. En verano, muchos visitantes vienen a buscar frescura y se sienten rejuvenecidos por los iones negativos de los riachuelos.
El valle de Otome es un lugar valioso donde se puede escapar del bullicio de la ciudad y conectarse con la naturaleza. Su belleza y tranquilidad dejarán una profunda impresión en los corazones de los visitantes. ¿Por qué no crear recuerdos inolvidables en este tesoro escondido de Gifu, el valle de Otome?