La isla de Himejima, que flota en la bahía de Tatsunokuchi que divide el este y el oeste de la prefectura de Oita. Esta pequeña isla, adornada por la gran belleza natural y la larga historia creada por el océano Pacífico, tiene un ambiente misterioso como si hubiera entrado en un mundo diferente. El faro de descanso es la puerta de entrada a esta isla tranquila.
El faro blanco se yergue en el extremo este de la isla, una estructura moderna, completada en el quinto año de la era Showa. Sin embargo, en realidad, el faro fue construido en la era Edo. Desde tiempos antiguos, se ha encendido y emitido luz para ayudar a los barcos a la deriva en la tumultuosa bahía de Tatsunokuchi. Aunque los tiempos han cambiado, sigue desempeñando su papel inmutable.
El sendero que comienza en el lugar de descanso es la puerta de entrada a un mundo diferente con vistas panorámicas y formaciones rocosas sorprendentes. Al salir del bosque de coníferas, te quedarás asombrado por la impresionante presencia de las formaciones rocosas. Si continúas caminando, te encontrarás con un área rocosa con formas extrañas dejadas por un antiguo volcán. Sin duda, este misterioso sendero continuará estimulando tu espíritu de exploración con nuevas sorpresas y descubrimientos a cada paso.
No puedes saborear la cocina local hecha con pescado y mariscos frescos capturados en la isla y verduras cultivadas sin pesticidas en ningún otro lugar. Solo en el faro de descanso puedes disfrutar de la auténtica delicia de ingredientes de alta calidad sin perder ante la hospitalidad cálida de los habitantes de la isla. Al saborear la gracia cultivada por la madre naturaleza con los cinco sentidos, sin duda traerá una rica cosecha a tu corazón.
En la impresionante vista dominada por el faro, hay algo que te hace sentir el peso del tiempo y el aliento de la tierra. En este lugar que continúa transmitiendo la sabiduría y el cuidado de nuestros ancestros, podemos sentir nuevamente nuestra existencia y cuestionarnos qué es lo realmente importante. Al dejar atrás la lujosa vida cotidiana y pisar esta isla remota, sin duda obtendrás una nueva perspectiva y descubrimientos.
El principal acceso a la isla de Himejima es en coche alquilado desde la ciudad de Oita, que tarda unas 2 horas y media. También puedes llegar en barco rápido desde la ciudad de Saiki en aproximadamente una hora. Dado que hay varias instalaciones de alojamiento en la isla, se recomienda disfrutar de los encantos de la isla mientras te relajas. La naturaleza de Himejima, que muestra su rostro en cada estación del año, desde el nuevo verdor de la primavera hasta el calor del verano, el colorido otoño y la atmósfera invernal, sin duda te ofrecerá una estancia agradable.