El Ryokan Katsuraya se encuentra en un tranquilo callejón de Kesennuma. Su apariencia exterior conserva fuertemente la atmósfera de la era Edo. Al entrar por la puerta principal, te sumerges en un espacio extravagante con gruesos postes, pantallas de papel y puertas corredizas, como si te convirtieras en un viajero en el tiempo.
El encanto de la posada reside sobre todo en la cálida hospitalidad de la dueña. A pesar de ser una posada secreta que no se encuentra en sitios de reservas, te recibe como a un miembro de la familia. Incluso permite la entrada de motocicletas hasta la entrada, y ofrece recomendaciones de tiendas populares cercanas, demostrando una consideración meticulosa.
Las habitaciones están decoradas al estilo japonés con paneles corredizos. Los futones son esponjosos, garantizándote un sueño de primera calidad al recostarte. También cuentan con un inodoro limpio con ducha. Aunque no hay caja fuerte en la habitación, puedes consultar a la dueña sobre el equipaje y sentirte tranquilo.
Aunque está alejada de la zona céntrica, se encuentra cerca de la estación y es ideal como base para hacer turismo. También hay una tienda de conveniencia a poca distancia a pie, y la dueña puede recomendarte tabernas donde podrás disfrutar al máximo de los sabores frescos del mar de Kesennuma. Esta posada nostálgica pero fresca te permitirá disfrutar plenamente de tu viaje a Kesennuma.
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