El santuario principal de Omiwa, venerado desde la antigüedad, está impregnado con la poderosa presencia de los dioses arraigados en la tierra de Nara. Al adentrarse en el recinto, uno siente que la imponente corriente histórica se acerca al cuerpo.
Al seguir el camino sagrado, se es recibido por imponentes cedros centenarios que dan la bienvenida a los visitantes con su magnificencia. Más adelante, se encuentra el tranquilo y solemne honden (edificio principal), que irradia una atmósfera sagrada a través de su imponente diseño, inspirando un profundo respeto.
Después de la visita al santuario, ¿por qué no pasar un rato tranquilo rodeado de exuberante vegetación? Aquí se puede disfrutar de un tiempo de paz, acompañado por el susurro de los árboles y el fresco aire que ofrece alivio a los viajeros fatigados.
La sacredad imperecedera que no se desvanece con el tiempo reside definitivamente aquí en el santuario principal de Omiwa. Es un lugar excepcional donde se puede experimentar la nobleza y profundidad que encarna la antigua ciudad de Nara. Sin duda, este lugar merece ser grabado en el corazón como un memorable destino de viaje.
Provided by Google