Una presencia fantasmal en la falda del Monte Fuji. Las 'Cataratas de Kurosaka', que aparecen por un instante cuando llueve, es un lugar donde se puede experimentar el misterio de la naturaleza.
En el pasado, las Cataratas de Kurosaka fueron veneradas como un lugar sagrado de adoración a la montaña para los ascetas. Esta área es conocida como el lugar de origen del culto al Monte Fuji llamado 'Fujikou', y se dice que estaba llena de personas que buscaban el poder espiritual de la catarata. El aire sagrado que todavía conserva numerosas huellas de prácticas ascéticas se puede sentir en la atmósfera.
Con una caída de 45 metros, la majestuosa cascada parece haber venido directamente del mundo de las hadas. Sin embargo, lo sorprendente de esta cascada es que se seca si no llueve. Quedarás impresionado por la fuerza del agua que cae y podrás disfrutar de un paisaje único que solo se puede ver por un instante.
El sendero que te lleva a la catarata desde el paseo se convierte en una verdadera ruta de senderismo. El corazón late fuerte mientras atraviesas los árboles y pasas por las rocas. Un equipo sólido y buena condición física son indispensables. Sin embargo, el valor del paisaje que te espera al final debería ser más que suficiente.
El medio de transporte más cercano es la estación de Fujimiya. Si tienes coche, puedes aparcar cerca de 'Granja Avícola Ashizawa' a lo largo de la Ruta Nacional 24. Desde allí, caminando unos 15 minutos, llegarás al punto de bifurcación que te lleva a las cataratas. No tienes que preocuparte por el horario de apertura o el precio de la entrada, pero no podrás verlas a menos que llueva.
Aunque puedes experimentar el misterio de las 'Cataratas de Kurosaka' mientras temes la amenaza de la naturaleza, ¿por qué no paras a echar un vistazo después de la lluvia? Un sentimiento purificador te espera en la vista de las cataratas que es única en la vida.
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