A unas 2 horas en barco desde la isla principal de Okinawa, se encuentra un lugar místico en una pequeña aldea de Miyako-jima. Este lugar es el Amayu de Tomori. La belleza natural creada por el movimiento de la tierra se ha arraigado profundamente en la vida de los isleños.
Antiguamente, el Amayu de Tomori era un lugar crucial para abastecer de agua potable y de uso doméstico a los isleños. El agua pura que brota a unos 20 metros de profundidad ha traído bendiciones a las personas a lo largo de los tiempos.
Al descender por la escalera empinada hacia el Amayu, se respira una calma que te deja sin aliento. Las marcas del flujo del agua están grabadas en la roca antigua que ha estado allí desde tiempos inmemoriales. Este espacio combina una sensación de apertura con la sacralidad, atrapando a los visitantes en un sentido de temor reverencial.
Solo la luz de una linterna guía en la oscuridad, donde quizás te encuentres con grandes arañas de vez en cuando. El terreno es un poco inestable, como una pequeña aventura. Pero son estas pequeñas aventuras las que realzan el encanto misterioso del Amayu.
El Amayu sigue cautivando los corazones de los isleños como lo hacía en el pasado. Es un lugar donde puedes experimentar la belleza natural que trasciende el tiempo y la profunda conexión con la gente. Si visitas Miyako-jima, ¿por qué no hacer una parada aquí?
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