El castillo de Maruoka fue designado como Bien Cultural Importante del país en 1950, y su valor histórico y arquitectónico es altamente valorado. Además, tiene el apodo de "Castillo de Kagaribi", ya que en primavera, las flores de cerezo que rodean el castillo parecen neblina, lo que le da este nombre.
El tenshu del castillo de Maruoka es uno de los 12 tenshu que todavía existen en Japón y se considera un "tenshu existente" muy raro. Esta estructura ha mantenido su diseño original desde el periodo de los Estados Guerreros hasta el periodo Edo, lo que le confiere un valor histórico muy alto.
El tenshu se caracteriza por ser de madera y por tener un techo cubierto con "tejas de piedra", las cuales son únicas y no se encuentran en otros castillos. Esto le confiere una estructura que combina funcionalidad y belleza, propias de un castillo de la era Sengoku.
El castillo de Maruoka (まるおかじょう) ** se encuentra en la ciudad de Sakai, en la prefectura de Fukui, y es conocido como uno de los castillos con el donjon más antiguo que aún existe en Japón. Gracias a su hermosa estructura y su valor histórico, se ha convertido en un lugar de interés visitado por muchos turistas.
El Castillo de Maruoka tiene varias leyendas. Entre ellas, la más famosa es la leyenda de "las lágrimas de Oshizu". Durante la construcción del castillo, Takeda Eiji, un vasallo de Ikeda Terumasa, sufría por la falta de fondos. En ese momento, se dice que su esposa, Oshizu, se sacrificó para que el castillo pudiera completarse con éxito, lanzando su vida como un acto de deseo. Posteriormente, existe la tradición de que manó agua similar a lágrimas entre las piedras del castillo.
21 de septiembre de 2024

El castillo de Maruoka fue construido en 1576 (4º año de Tenshō) por Shibata Katsutoyo, sobrino de Shibata Katsuie. Es uno de los castillos que se levantaron durante el periodo Sengoku y desempeñó un papel importante como base de defensa en la región de Echizen. • Posteriormente, el castillo tuvo varios señores a lo largo de los años, y durante el periodo Edo fue gobernado por los Honda. En particular, Honda Narishige se destacó por mejorar la ciudad del castillo y contribuir significativamente al desarrollo de la región.

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